Vivir en Argentina es una constante prueba de paciencia. Tener que escuchar al presidente decir burradas (y peor aún, a un gran número de gente aplaudiéndolo y viéndolo como un sabio), le desgasta el ánimo a cualquiera. Una de sus clásicas salidas es culpar de todo al socialismo. Ignorando el hecho de que sostiene ideas como el marxismo cultural (que lisa y llanamente es una teoría de la conspiración), se percibe en sus discursos una mala intención. Nunca dio definiciones claras de lo que es el socialismo, y aún así lo asocia de forma emocional a todo lo mano. ¿Cómo puede esperarse que una persona sin formación política y sin experiencia en el ambiente pueda darse cuenta que todo lo que dice ese tipo no tiene sustento? Más aún cuando se le dio siempre tanta entidad en los medios. Explicar a cada rato que el socialismo no tiene nada que ver con lo que pasa en Venezuela, es agotador. Explicar que el socialismo nunca gobernó en Argentina, es agotador. Explicar que el "anarco"capitalismo es un oxímoron, es agotador. Explicar que Keynes o Hitler no eran socialistas, es agotador. Sin embargo, hay que seguir dando esa lucha, aunque sea a oídos sordos, no se le puede dejar todo el terreno a esas ideas tendenciosas que buscan ensuciarnos.